lunes, 29 de septiembre de 2008

Donde quiero estar...

Inerte los cuerpos que se entregan al olvido, débiles, mientras los movimientos se vuelven promesas a toda hora.
Inerte mi cuerpo, inmóvil, mientras mi pensamiento te escribe estas líneas.
Esperas que nada pase y me enseñas delicadamente a experimentar por escrito y con tacto, y aunque me disperso mi torpeza te entiende porque no esperas algo a cambio, sé que nada puedo darte, y aun que parezca cruel, debo confesar que pagaría por no verte, rezaría para que no vuelvas, y sin embargo necesito que guíes mis sueños, mis manos, los días de paz. Deberías leer esto antes de volver, tal vez así se diluyan tus caricias densas, desaparezca tu amor inexplicable y mi nombre en las notas de los viernes.
Si por lo menos tus labios lograran arrancarme una promesa, una palabra.
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Muchas veces me tiro en el piso para observar la nada mientras mi mente vuela para encontrar ese buen lugar que me prometen los cuadros, entonces llego donde quiero estar y sueño, sueño mucho, unos cuantos lo considerarían demasiado, otros un vicio, yo lo considero necesario y disfruto de mis sueños, algunos cuerdos, los demás un poco tontos, tal vez ingenuos, pero voy tras ellos y, aunque torpemente, no me hecho atrás, es que al final de cuentas soy una humana imperfecta que prometió recordar sus días para no olvidar lo que fue, lo que es, mi blog es sólo un reflejo de lo mucho que soy, y sin embargo confiesa todo.

Estoy de vuelta para compartir este breve ensayo, mi vida.