domingo, 29 de junio de 2008

Una mascara...

Sé fiel hasta la muerte.
Apocalipsis, 2, 10

Or make me a mask
Dylan Thomas


Despaciosamente levantó ella los párpados. Sus pupilas se agrandaron. La voz llenaba el cuarto de calidez humana. A Erdosain le parecía vivir ahora.
- Siempre te quise… ahora también te quiero… nunca, ¿por qué nunca hablaste como esta noche? Siento que te voy a querer toda la vida… que el otro a tu lado es la sombra de un hombre…
- Alma, mi pobre alma… qué vida la nuestra… qué vida… y ahora te vas...
Un rizo de sonrisa encrespó dolorosamente los labios de ella. Elsa lo miró ardientemente un instante. Luego, con la voz seria de promesas:
- Mirá… esperame. Si la vida es como siempre me dijiste, yo vuelvo, ¿sabés?, y entonces, si vos querés, nos matamos juntos... ¿Estás contento?


“Las armas secretas”, Julio Cortazar.
“Los siete locos”, Roberto Arlt.

Tarde de domingo

Ésta tarde de domingo fue una locura, por fin cumplí al pie de la letra cada una de las visitas y encuentros que había prometido y, por esas cosas de la vida, anoche en el bar me cruce con el chico que me dio, hace ya unos cuantos años, mi primer beso; no sé por qué escribo sobre él, será porque estas últimas horas pasaron tan deprisa como todos estos meses, como todos estos años.
Aquí y ahora, haciendo caso a una canción de Mikel, me quedo despierta engañando a mi cama con los exámenes que quedan por corregir, pero me escapo y me dejo llevar por este capricho que me invita a escribir, a comparar engaños.

miércoles, 25 de junio de 2008

Instrucciones, no tan claras, para entenderme.

“Cada vez más igual” escuche por ahí, en ese momento pensé que se referían a algún parecido físico, hoy esas mismas palabras significan tanto, mucho más. El espejo ya no dibuja reflejos perdidos, me muestra aquella imagen que nunca quiso abandonarme y mientras tanto convivo con mis aciertos y mis errores, con la manía de no leer los manuales de uso, de empezar los diarios al revés, con la obsesión por el cine francés, por el número 2, con las ganas de reír, de llorar, de gritar que ya no discriminan los lugares, y con esta canción que se repite una y otra vez en mi cabeza. Mientras tanto esta leve esquizofrenia me encuentra ensayando palabras, algún gesto discreto.
No encuentro papel, no sé dónde quedo el anotador. Sobre la mesa el libro de Pushkin asoma debajo de los apuntes y la medicina desparramada por todo el lugar espera paciente como un rompecabezas que perdió una pieza, sólo una pieza, que vuelva a empezar. Y esta incontinencia, estas ganas de escribir, de gritar que paren el tráfico porque sigo despierta sin poder perderme entre tus manos, y desde algún rincón el murmullo de la radio sigue comentando la inestabilidad que anuncian para mañana, para el país.
Alguna vez él me dijo, instruido aparentemente en estos temas, que hablar mucho no necesariamente conlleva el hecho de hablar demás, lo cual supone una serie de situaciones interminables, a veces divertidas y otras seriamente conflictivas que no suelo generar, todavía al pensar en él me rió y casi me avergüenzo de cuanto hablé ese día, de todo lo que escondí; entonces recuerdo el tiempo en el que descubrí esa extraña habilidad para guardar tan bien las cosas, al extremo de perderlas y la sorpresa de encontrar otras que había resignado perder, mejor aún, no recordar secretos ajenos, sus dueños deberían repetírmelos o simplemente debería jugar a inventarlos, pero ¿qué hago con los míos? tal vez te los comente casi al pasar o, tal vez, el día que me decida y te llame no los encuentre y sólo pregunte como estuvo tú día. Vuelvo a pensar en el anotador y en el número en lápiz que espera una oportunidad, una llamada.
De repente surge una teoría, pienso que todos estos años leyendo una y otra vez a Cortázar por fin lograron afectarme y esta compulsiva utilización de las comas sea un claro ejemplo; sospecho que todo tiene como punto de partida una falla de origen, algo así como ir escribiendo para saber que pasa, escribir a ciegas como deseando cada palabra, pero bueno en todo caso será un pecado más, aquí abandono estas oraciones vacías.
Odiándome por volver a prender la luz y por dejar las hojas sueltas, mañana seguramente me reprochare tanta historia sin sentido, este débil simulacro de confesión; el violento reloj acosando mis horas y el sueño perdido sin duda me jugaran una mala pasada, estaré casi ausente y los apuntes serán una maraña de garabatos imposible de descifrar.

viernes, 13 de junio de 2008

Un poco de Fe

Es injusta, dijiste. Y ahora, más que nunca, la vida agoniza.
La vida te quito las ganas, la muerte la encontró sentada cuando
un alma discapacitada presiono el gatillo. Ironía. Ironía hecha vida.
Las entradas siguen agotadas y todos quieren llegar, mientras tanto aquí en la Diagonal algunos sueñan sobre fríos cartones que les regalan un abrazo y que en el susurrar de tus labios escuchan que el miedo pronto desaparecerá. Fe. Quién pudiera regalarme un poco de Fe.
La verdad, lo bello y lo bueno, ¿dónde habita? Será que en días como éstos en mi mundo sensible sólo veo imperfección y a ese tipo especial de hombre en los que todos se quieren convertir, ese que nos condena y me estremece, ese hombre que nos asusta, nos engaña, ese que nos convierte en ciegos. Será que ahora siento, ya no puedes persuadirme.
Y las ruinas de la periferia gritan con sordos ruidos que te levantes, que sigas a su lado y transformes su destino. Y ahora que todavía invaden sus caminos te encuentra y siente su poder. Oscuros fantasmas acecharan tus sueños y cada una de las muertes que tus actos provocan te quitarán la paz y la esperanza de las madres no bastara para alimentar a aquellos niños que no debiste abandonar.
¿Y me pregunto por qué será?
Será porque durante toda la noche estuviste en mis sueños.
Será que de un tiempo a esta parte los días amanecen más cansados.
Será porque te extraño.

domingo, 8 de junio de 2008

Volver

Sin saber por donde empezar este resumen comienzo a escribir confiada que las emociones vividas esta semana me ayuden a hilvanar tantos momentos. Aquí vamos…
Volvió A… casi como festejando el aniversario de su partida, después de un año lejos de Buenos Aires, después de un año lejos de todos nosotros, llego de madrugada, casi pidiendo permiso a sus pies para dar el siguiente paso, llego cansado, con unos kilos menos y unos cuantos centímetros mas de pelo. Llego cargando mil y una historia, y demasiadas postales. Que bueno fue abrazarte, saber que por fin estas acá.
La semana simplemente desapareció, los minutos, las horas, los días se esfumaron y sin embargo los recuerdo serán eternos, es que días así son difíciles de olvidar.
El viernes fue el cumpleaños de M…, tarde un siglo en decidir su regalo, y al final creo que no le gusto, esta demás decir que a mi criterio es un color ideal. Para festejarlo nos invito a cenar, llegue puntual y sentada en frente de D… me reí toda la noche con sus comentarios y mi risa inundo el lugar.
El sábado, después del asado y antes de que te vayas, nos encontramos en el bar, tocaba la banda de P… y fue imposible escapar; ubicados al final de la barra los vimos asomar por la ventana, minutos después los abrazos fueron interminables y las rondas de cervezas nos acompañaron hasta la ultima canción. El sábado, después de una siesta y antes de que empiece este domingo rojo y blanco, lamente no volver a abrazarte y me queje por los besos que no te di, ahora me acuerdo del helado de sambayón y dulce de leche y no puedo contener la risa, como explicarte que te empiezo a extrañar, cada día que pasamos juntos es como volver el tiempo atrás, a mis 15 años, a los días de bicicleta, a las tarde de domingo teñidas de verde yerba y China siempre atacando a Kamchatka. J… espero verte pronto y que las galletitas para F… lleguen sanas y salvas. Los quiero.
Anoche estuvimos casi todos, S… se corto la llamada, volví a marcar pero fue imposible comunicarme, P… hace unos días me tenes preocupada, se que volviste, pero sigo sin llamarte, D… sé que te despertaste malhumorada, cualquiera lo hubiese notado, mañana te robo unos mates, C…, no era que llegabas mas tarde? Sepan que las extrañamos! Total, fue una noche genial!
Y como si fuera poco, me interrumpe V…, me dice que me esperan para cenar, como resistir una invitación semejante, sepan disculpar este abrupto final.

viernes, 6 de junio de 2008

06/07

A él que un día lo leerá, ya tarde como siempre.

Te adoro y sin embargo caigo una y otra vez en los pecados que tu religión maldice.
Te grito, me escuchas? Y como una epidemia el silencio se expande entre nosotros.
Te odio, pero mi corazón, al igual que aquella medalla, tiene dos caras.
Te siento y mi piel se vuelve vulnerable a tus manos.
Te extraño, tanto, que si quisiera alejarte aun más sería imposible.
Hoy las horas pasan ansiosas. Tantos kilómetros nos separan
y el verano incansable le roba días al otoño.
Hoy pienso en tantas letras desordenadas
que se convierten en palabras indescifrables
y me emborrachan respuestas vacías.
Te extraño, tanto, que si quisiera alejarte aun más sería imposible, insoportable.
Te miento porque para borrarte de mis días me hacen falta algunos versos.

Junio, 2007.