viernes, 8 de mayo de 2009

Quereme así

Jueves 7,
padeciendo los cien minutos
de cada hora de insonmio.

Sentir que el cuerpo duele y descubrir que el alma existe porque pesa. Y los susurros no te alcanzan si estas a mil kilómetros de aquí, dicen que la ciudad parece un mundo cuando se espera a un habitante. Esta voz que no olvida tu nombre y el silencio que por momentos aturde deciden salir a buscarte, quise escaparme con las nubes, con el viento que volaba alto y no bajaba a buscarme. El reloj me descubre en la oscuridad y se burla de mí por no tenerte y las manos se largan a llorar cansadas de dibujar un rostro ausente. Y cuando la vida quema, el capricho es encontrarte para llegar al paraíso en el hueco de tus brazos. Y sentir que no estoy a salvo hasta que mis ojos te reconozcan, en los cajones no queda remedio para el desamor.
Mientras tanto el otoño invade con su sequía el colchón y mis dedos son clavos oxidados. Para dormir voy inventando historias que me resuciten cada mañana, no hay rosario que consuele tanta pena. Y todos los miércoles la luna me sigue por Callao para contarme el secreto de tus labios, quereme así como dice el tango.
Los días cada vez mas raros me recuerdan que no va quedando nada y la nada que empieza por este lápiz es más que esto.

1 comentario:

Nono García dijo...

Precioso. Te echaba de menos. Un beso.