domingo, 29 de junio de 2008

Tarde de domingo

Ésta tarde de domingo fue una locura, por fin cumplí al pie de la letra cada una de las visitas y encuentros que había prometido y, por esas cosas de la vida, anoche en el bar me cruce con el chico que me dio, hace ya unos cuantos años, mi primer beso; no sé por qué escribo sobre él, será porque estas últimas horas pasaron tan deprisa como todos estos meses, como todos estos años.
Aquí y ahora, haciendo caso a una canción de Mikel, me quedo despierta engañando a mi cama con los exámenes que quedan por corregir, pero me escapo y me dejo llevar por este capricho que me invita a escribir, a comparar engaños.

1 comentario:

Caro! dijo...

Todos iguales al fin.